La orientación sexual se refiere a la capacidad de cada persona para sentir atracción emocional, afectiva y/o sexual hacia personas de un género distinto al suyo, del mismo género o de más de un género. Esta orientación también implica la posibilidad de establecer vínculos íntimos, relacionales y sexuales con esas personas. No se trata de una elección ni de una conducta, sino de una dimensión constitutiva de la subjetividad humana. Las orientaciones sexuales son diversas y pueden incluir, entre otras, la heterosexualidad, la homosexualidad, la bisexualidad, la pansexualidad o la asexualidad. Cada una de ellas representa maneras legítimas de desear, vincularse y amar (Casasola et al. 2025).