El masculino genérico es el uso del género gramatical masculino como forma extendida o supuestamente “neutral” para aludir tanto a hombres como a mujeres y personas no binarias. En español, esta práctica consiste en utilizar sustantivos, pronombres y adjetivos masculinos para referirse a grupos mixtos o no especificados. Por ejemplo, expresiones como “los estudiantes”, “todos salgan al recreo” o “los ciudadanos” son fórmulas comúnmente empleadas en contextos donde no necesariamente predominan los varones. Aunque tradicionalmente se ha enseñado que el masculino gramatical cumple una función inclusiva, múltiples estudios han demostrado que su uso activa en la mente de quienes lo escuchan o leen representaciones masculinas, generando ambigüedad e invisibilización. Desde la infancia, muchas niñas, mujeres y personas no binarias internalizan la duda sobre si están siendo aludidas cuando se usa el masculino genérico, lo cual afecta sus procesos de identificación, pertenencia y reconocimiento.
Además, el uso habitual del masculino como forma general refuerza estructuras de poder simbólico: lo masculino se percibe como universal, mientras que lo femenino se relega a una mención secundaria o específica. Esto se refleja incluso en entornos académicos, donde términos como “los teóricos” evocan automáticamente una imagen de varones, aunque el grupo aludido esté compuesto por una mayoría de mujeres. Este patrón responde a convenciones lingüísticas que han jerarquizado el género gramatical, posicionando lo masculino como estándar y lo femenino como excepción. En consecuencia, el masculino genérico no solo invisibiliza identidades diversas, sino que contribuye a reproducir formas sutiles de sexismo y exclusión simbólica (Casasola et al. 2025).